Para muchos, un par de semanas, para otros, una eternidad. Crystal Castles, uno de los grandes hype de la década pasada, aterrizaba en nuestro país y luego de una accidentada presentación en la Discoteque Blondie, vendrían a poner su nombre por todo lo alto. Y si que lo hicieron.
Con los Nnm Dj's abriendo la noche y el correcto teloneo de la banda nacional Miss Garrison - quienes tuvieron de invitados en el escenario al dúo Picnic Kibun - la noche estaba preparada para recibir al trio compuesto por Alice Glass, Ethan Kath y Christopher Chartrand en la batería. Así es como estos dos últimos salen al escenarios, seguidos de Alice, quien fue ovacionada por todo el publico asistente. Empieza a funcionar la mente productora de Kath que potenciada con la batería logran armar el ambiente para que Glass empiece su show, donde a veces es una diva, otras una rockera, a veces señorita, pero siendo siempre una persona llena de energía, gritos y actitudes de descontrol.
Caen los primeros hits - Baptism, Countship Dating - y el publico explota en euforia, llenando el teatro de gritos y saltos, aumentando mas la emoción por un concierto que muchos esperaron por mas de 4 años. La noche siguió con una Alice cada vez mas encendida y cercana a su fanaticada, acercando en variadas ocasiones para ser ovacionada, tocada y saludada. La banda hacia parecer cada tema que tocaba un hit mas y en eso ayudo mucho el conocimiento de Kath, a quien sus años como productor se le notan de principio a fin. Siguieron cayendo mas temas como Magic Spells, Untrust Us y Crimewave, en su versión alternativa fueron otros puntos altos de la noche.
En el escenario, otra fiesta aparte en donde los bailes desenfrenados y esa botella de whisky convertían a Alice nuevamente en la estrella de la noche aunque no cantara, aunque no se moviera, brillaba con luz propia. Otra tanda mas de hits como Celestica y Birds cerraron lo que para muchos es el final de una larga espera.
Quedaron temas en el tintero y quizás la puesta en escena podría haber ayudado mas al show, pero si algo quedo claro es que exudar pasión y esa energía descomunal que muestran arriba del escenario no es algo que se pueda ver todos los días.
por Sebastian Jonas
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