Nervios, histeria, sudor, aspiraciones, respiración más rápida. Después de cuatro horas esperando, por fin abren las puertas para entrar a la Trastienda. Siendo yo de las segundas en la fila al entrar, corrí lo mas fuerte que pude (aunque el local era pequeño, no me interesaba… ¡tenía que estar en la reja!)..
Así llegué a un costado izquierdo con mi amiga Camila. Esperamos una hora.
Luego de apagar las luces y ver como comenzaba a salir el típico humo de conciertos (de esos grandes), salen a escena Robert Been, Peter Hayes y Nick Jago. Robert agarra su bajo y su pandero, Peter su guitarra y Nick se sienta y agarra sus baquetas.
Parten con la canción “Love Burns”. Las 600 personas aproximadamente que estaban en el pequeño local gritaron, saltaron, rieron, bailaron, cantaron y se movieron como locas.
Luego de todo el rock de aquella canción de su primer disco (Now She´s Gone Love Burns Inside Me), se lanzaron sin miedo al tema más famoso y popular del “Baby 81”; “Berlin”. Con el escándalo que provocaron, dejando que los coros lo hiciéramos nosotros prácticamente, y viendo las risas que provocábamos a los integrantes de la banda, siguieron con algo más relajado y melancólico, aunque en vivo no sonó tan así. Se trataba de “Shuffle Your Feet”. El batero incentivaba el unir palmas a su ritmo.
Sin miedo alguno a la combinación, siguieron con “Stop”, ese bajo desenfrenado que toca Robert en conjunto con su voz.
Otro desenfreno asegurado fueron los temas más reconocidos de Black Rebel Motorcycle Club, como “Aint No Easy Way” en donde todos los fans zapatearon y le dieron duro al suelo; “Weapon of Choice”, donde coreamos como en todas sus canciones y una bellísima canción b-side que algunos pidieron el día anterior, “Mercy”.
Para qué describir el furor que causó en la gente cuando tocaron su primer single, con el que su fama mundial afloró, “Whatever Happened To My Rock & Roll”. Golpes, saltos, gritos y fanáticos lanzándose por los aires. Un tal Robert estirando el micrófono para que gritáramos la frase, y un tal Grant (Tour Manager ) grabando de atrás con su cámara.
Un show en donde no faltó nada, se notaron entusiasmados y luego del break Nick Jago hizo lo suyo (aparte de regalar baquetas), bailar los pasos de Michael Jackson y luego de decir “Surrender” hacer como que mataba a fans con su guante en forma de pistola.
El Rock & Roll sigue vivo, y el que lo duda tendría que haber ido a este concierto, a este show en donde BRMC dejó todo ahí, donde sus notas sonaron excelentes, sus melodías y sus cambios de sonidos le daban ese gusto exquisito que sólo ellos te pueden dar al tocar en vivo, y donde sus actuaciones son asombrosas.
Sus últimas canciones fueron “American X”, la cual mantuvo a todos ensimismados escuchando el tema de 10 minutos versión en vivo, que además es mayoritariamente instrumental. Y el último tema con el que cerraron fue, ni más ni menos, que “Heart+Soul”. Robert Been aprovechó el momento para abalanzarse alegremente hacia su público y éste le supo contestar.
2 horas y 15 minutos de un alucinante escenario, unas alucinantes iluminaciones y alucinantes músicos. En donde BRMC no decepcionó a los sudamericanos que allí estábamos y ellos no se decepcionaron de nuestro recibimiento.
Por Atmosmind (desde Buenos Aires)
*Fotos exclusivas en Express Music Photography
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