Hoy a las 7 de a tarde el tráfico hervía en barrio Bellas Artes, los museos cerraban sus puertas y en los cafés se agolpaban los extranjeros con sus laptops, sacudiendo el paraguas y tomando alguna infusión para esquivar la pequeña ola de frío aún persistente en la capital. Mientras la mayoría deambulaba camino a casa a tomar oncecita y planchar la camisa para el otro día, algunos pocos ya hacían fila frente al Bar Catedral para la última presentación de Babasónicos en nuestro país.
Asumiendo algo de cansancio para el otro día, los cerca de trecientos asistentes aguardaron impacientemente por casi dos horas el comienzo del show. La verdad es que con la buena selección musical de Bar Catedral, su ambientación sobria pero cálida en tonos grises y naranjas, los cover de Coronas y la colección de público nice, sería muy amargado de mi parte decir que la espera fue una tortura.
Para aquellos pegados a la barra en primera fila, la vista era deliciosamente íntima, como mirando un camarín a través de una rendija. Los instrumentos perfectamente dispuestos, los cables silenciosos serpenteando por el piso, las botellas de agua estratégicamente ubicadas e incluso dos hojas pegadas al suelo con el surtido de temas de la noche garabateados a mano.
Vodka, champañas y su toquecito Glam, hasta que Babasónicos por fin subió al escenario… también con su toque glamoroso pero no exagerado, y Adrián con su actitud de quién se sabe feo, pero estiloso, arrogante pero sensible… algo así como un rock star pero de carne y hueso, presente, dedicado, con corazón… literalmente el alma de la banda.
Nada que decir, un pequeño concierto para un pequeño público, preciso, impecablemente interpretado, algo corto (hay que decirlo) pero fluido y armónico. Con un sonido algo más rockero que sus grabaciones de estudio y un equilibrio perfecto entre sus canciones más vibrantes y “babailables” y aquellas con sabor a domingos por la tarde (digo por lo melancólico, no lo pajero), y las miradas de Adrián posándose cada tanto en cada una de las chicas de primera fila… el corazón fue grande, pero como dijo él “quisiera complacerlos a todos, pero si lo hiciera, no sería músico”.
Igual nos complaciste con pequeñas sorpresas como tu micrófono invertido posado en el techo, tus arrancadas al público para que algunos pudieran tocar tu mano y tu cara… (y tu pelo) y tu microdancing (the REAL microdancing!), que dejó a más de alguna(o) marcando ocupado. Y será idea mía, o es verdad que cuando hicieron una pausa, jugaste al gato sobre el vidrio empañado desde donde hacía una hora se podía ver Santa Lucía y José Miguel de la Barra???.
Les diría “¡vuelvan!”, pero qué va!, mejor cruzamos la montaña a lo Heidy y los pillamos en Baires!.
Listado de temas (les mencioné que las listas pegadas al piso eran perfectamente leíbles?)
Escamas
El ídolo
El colmo
Las demás
Pijamas
Como eran las cosas
Yo anuncio
Irresponsables
Paralelos
Carisma
Yegua
Putita
Cuello rojo
Microdancing
Rabioso
Sin mi Diablo
por Matika
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